
En 1987 Antonio Obeso de Mendiola y su esposa, Luz Mejía de Obeso, constituyeron la Fundación Obeso Mejía, con el fin de contribuir a la solución de los problemas sociales y económicos que estaba afrontando la ciudad y, de esta manera, ayudar al mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
Hicieron parte del primer Consejo Administrativo de la Fundación, Henry Jensen y el entonces Arzobispo de la Arquidiócesis de Cali, Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, quienes aprobaron los estatutos y eligieron como directora ejecutiva a Lucía Vélez de Mendiola. En su primera reunión, el Consejo autorizó a Antonio Obeso de Mendiola para que adelantara el trámite ante la Gobernación con el fin de obtener la personería jurídica, que fue otorgada desde el 28 de diciembre de 1987.
La Fundación abrió sus oficinas en Cali en la Avenida Colombia. Hoy opera en la Casa TorreLaVega, conocida, actualmente, como la Casa Obeso Mejía, que fue la residencia de los esposos Obeso Mejía hasta su muerte. Como uno de los primeros programas apoyados por la Fundación se encuentra Casita de Belén, fundada como un albergue para niños y niñas huérfanos, que hoy es una institución sin ánimo de lucro de protección, que atiende niños de 0 a 8 años de edad, vinculada al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
Durante los 35 años de la Fundación Obeso Mejía, las vidas de Antonio Obeso de Mendiola y la de su señora Luz Mejía de Obeso estuvieron estrechamente con el logro de los objetivos filantrópicos que se propusieron, especialmente, con la protección de la infancia desamparada.
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