Antiguo taller y residencia de David Alfaro Siqueiros, La Tallera es actualmente un museo público de arte contemporáneo. Cuenta con una exhibición permanente de murales de Siqueiros, además de un programa de exposiciones temporales, visitas guiadas y talleres. Es la sede del Programa de residencias internacionales y de la Escuela de Crítica de Arte.
La Tallera es una institución pública perteneciente a la red de museos del Instituto Nacional de Bellas Artes, ubicada en la ciudad de Cuernavaca, Morelos. Es una de las dos sedes que conforman el Proyecto Siqueiros, en conjunto con la Sala de Arte Público Siqueiros que se encuentra en la colonia Polanco de la Ciudad de México.
El recinto fue ideado por el mismo Siqueiros, con el principal objetivo de crear un espacio adecuado para ejecutar la obra comisionada por el empresario Manuel Suárez y Suárez en el Hotel Casino de la Selva (Cuernavaca). Posteriormente, se decidió trasladar la producción plástica ideada y realizada en La Tallera por David Alfaro Siqueiros, titulada “La marcha de la humanidad en la Tierra y hacia el Cosmos”, al edificio que el mismo artista plasma, integrando arquitectura y pintura mural: el Polyforum Siqueiros, inaugurado en diciembre de 1971 en la Ciudad de México.
Fue en 1965 que Siqueiros y su esposa Angélica se trasladaron a Cuernavaca para inaugurar el taller; desde su conformación, el recinto congregó a jóvenes pintores, escultores, arquitectos, químicos, fotógrafos, obreros, electricistas y soldadores, trabajadores asalariados coordinados por el muralista que se integraron al taller de producción, definiendo la perspectiva multidisciplinaria del espacio desde su primer día de apertura. El carácter programático de La Tallera –denominada así, en femenino, por el mismo Siqueiros, en homenaje a la mujer creadora de vida–, se concretó en la conformación de una fábrica estructurada en secciones de trabajo; en palabras de Siqueiros, “el primer taller para el muralismo en el mundo”.
El taller se erige como un espacio industrial amplio con altos techos. La luz natural que irradia desde los inmensos ventanales y el techo inicialmente transparente, refuerza su aspecto de taller abierto, casi al aire libre. Retomando algunas estrategias comúnmente utilizadas en los talleres mecánicos de las fábricas automovilísticas, Siqueiros diseñó un extenso sistema de rieles elípticos que, instalados en una estructura de hierro pendiente del techo, permitían el movimiento de grúas mecánicas y eléctricas. Éstas cumplían la función de sujetar los paneles de cemento-asbesto de gran peso y tamaño proporcionadas por la propia empresa de Suárez, que descendían en dos zanjas de más de dos metros de profundidad, lo cual permitía trabajar a la altura deseada, evitando así el uso del andamio.
En 1973, la Sala de Arte Público Siqueiros y La Tallera Casa Estudio de David Alfaro Siqueiros fueron legadas mediante testamento público por David Alfaro Siqueiros al “pueblo de México”, junto con una muy importante colección de obra de caballete, gráfica, dibujo, estudios y proyectos murales, así como su archivo personal y su biblioteca. En 1977, a manera de homenaje, Angélica Arenal negocia con el gobierno del Estado de Morelos y el ayuntamiento de Cuernavaca, la cesión del terreno que se ubica frente a La Tallera, para nombrarlo Parque Siqueiros.
Entre 1974 y 1988, para administrar este importante legado, se formó el Fideicomiso David Alfaro Siqueiros, que fue dirigido por Angélica Arenal (1909-1989), viuda del pintor. Al disolverse el fideicomiso, La Tallera, junto con sus colecciones de obra y acervos, se integró al Instituto Nacional de Bellas Artes, que desde entonces se encarga de custodiarla. El inmueble funcionó un tiempo después de la muerte de Siqueiros bajo la dirección de su cuñado Luis Arenal, posteriormente fue cerrado. Permaneció así entre 1989 y 1995, cuando reabrió sus puertas como centro cultural y museo, dirigido por Alberto Vadas Kuhn hasta el año 2010.