Curaduría: Paola Talavera “Kuratrix”
Esta exposición explora las fronteras invisibles entre el ser y la nada, abriendo un diálogo profundo sobre las ideas de disociación, despersonalización, ausencia y arte contemporáneo. Desde su pintura, Valeria Saavedra reflexiona sobre los límites de lo representable y la aporía del vacío en el que se disuelven las certezas del sujeto.
La despersonalización como fragmentación del individuo, como la disolución del yo y la aniquilación del sentido común, sugiere que la identidad es solo un espejismo, una construcción que se desintegra en el laberinto de lo inalcanzable. En este sentido, las obras presentadas, repiensan la disociación como fenómeno psíquico y el vacío como entidad visual y conceptual.
Las pinturas que conforman esta serie de Valeria Saavedra, se caracterizan por el uso de siluetas, sombras y formas fragmentadas que nos remiten a la ausencia, tanto física como emocional. La figura humana se presenta incompleta, ausente de identidad plena, despersonalizada en su forma, desplazada a un estado de suspensión que desafía la percepción convencional de la realidad. Cada pieza es el eco de un ser que se desdibuja, que se ausenta desde la imposibilidad de externar sus emociones y pensamientos.
Desde un espacio ambiguo, entre lo visible y lo invisible, lo presente y lo ausente, Saavedra ha construido un mundo donde el vacío se convierte en un medio para la reflexión más que en una ausencia definitiva.