En un tiempo estandarizado por las normas del consumo y la moral capitalista, las reglas del vestir, hablar, pensar y sentir son materias que las mujeres deben aprender, desde muy temprano, sin cuestionar. La educación familiar, religiosa, escolar y mediática apuntan a un modelo de mujer sometido a la voluntad y deseos del hombre. Estas estructuras reglamentadas conforman lo que se conoce como el género, es decir, el conjunto de normas, roles y expectativas que se asignan a cada sexo.
Sin embargo, como sabemos, el género no es algo natural, fijo e inmutable, sino una construcción social, histórica y cultural, y como tal, puede ser cuestionada, transformada y subvertida. Así lo plantea la filósofa Judith Butler, que propone el concepto de performatividad de género. Según Butler, el género no es una esencia o una identidad, sino una actuación, una repetición de gestos, palabras y acciones que se basan en un guión previo, pero que también pueden ser modificados, parodiados o invertidos. El género, entonces, no es algo que se tiene, sino algo que se hace.
En su proyecto Gorilla Nature, Yolanda Leal explora una ruta alterna a las posibilidades de género, mediante la confrontación, la ironía y el gesto subversivo y lúdico. Se apropia de roles de la masculinidad activando situaciones que transgreden la norma en el espacio y en las relaciones interpersonales.
Disfrazada de Gorilla, Leal construye deliberadamente, al modo situacionista, un espacio cotidiano incómodo y agitado, que rompe el escenario normado, para abrir la posibilidad de repensar los estereotipos de género que se asocian a las mujeres, como la delicadeza; la belleza; la sumisión o la maternidad, frente a una imagen y gesto de fuerza, agresividad, rebeldía y sexualidad representado en el Gorila…la mujer Gorila.
Marcel del Castillo. Curador