Muralismo Desbordado Vol. 3: Espectros
Espectros (2025), es una instalación compuesta por doce piezas creadas por la artista Isa Carrillo (Guadalajara, 1982), específicamente para este espacio del Museo del Palacio de Bellas Artes. Esta obra forma parte del programa Muralismo desbordado, proyecto que desde hace tres años propone nuevas lecturas y aproximaciones estéticas a nuestra colección permanente de murales desde una visión contemporánea.
En esta tercera edición, el punto de partida es la obra Liberación (1963) de Jorge González Camarena (Guadalajara, 1908 – Ciudad de México, 1980), objeto de una revisión historiográfica en la exposición Jorge González Camarena. La utopía inacabada, que se presenta en las cuatro salas de este piso. La muestra destaca su papel como impulsor de una nueva estética dentro de la segunda generación de muralistas, enmarcada en un homenaje con motivo del 45º aniversario de su fallecimiento.


En Espectros, Isa Carrillo recurre al archivo y al trabajo textil para construir un lenguaje narrativo que desdobla y desconfigura el mural, a partir de prácticas interpretativas ancestrales como la numerología, el I-Ching (Libro de las transformaciones) y la carta astral. La artista utiliza estas herramientas como sistema de desciframiento simbólico para acceder a realidades ocultas y a diversas lecturas estéticas del mural Liberación.
La instalación invita al espectador a adentrarse en una visión expandida del mural, transformando su condición permanente, rígida, infranqueable y bidimensional en una experiencia escultórica, maleable, efímera y transitable. A través de técnicas como el bordado, el tejido y la superposición de telas, Carrillo fragmenta la imagen original para desbordar los límites del muralismo tradicional.
Los doce textiles, dispuestos en triadas, conforman un entramado visual en el que las formas, símbolos y energías de la obra original se transforman en posibilidades para entender y experimentar otras dimensiones del espectro de lo muralístico. Entre el mural y el espacio arquitectónico, el público se encuentra con los límites expandidos de esta obra de González Camarena. La sutileza en la concepción y confección de las piezas da lugar a una nueva narrativa, en la que lo espiritual y lo estético se entrelazan en resonancia con el legado del muralista.
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