La Clínica

La Clínica es un centro de arte en la intersección de prácticas internacionales y locales.

Ubicado en C. Macedonio Alcalá 808, Centro 68000 Oaxaca, México. Esta esquina de Oaxaca fue la primera clínica médica privada de la ciudad. Nuestro enfoque curatorial y nuestro programa se forman en torno a esta herencia. Producimos residencias, exposiciones, conversaciones de artistas, y performances entre otros formatos. El proceso de diagnóstico informa cómo entendemos la investigación y la creación. Actualmente nos encontramos en transición de la objetividad inerte del diagnóstico médico (occidental) (la evaluación lineal de una enfermedad) y adentrándonos en crear programas públicos para prácticas profundamente subjetivas y situadas.

Trayectoria

Antes de ser un espacio de arte, La Clínica, bajo el nombre de ‘Santo Domingo de Guzmán’, funcionaba como una clínica de salud convencional. La Clínica Santo Domingo de Guzmán fue fundada el 27 de septiembre de 1982 por un conglomerado de médicos, entre ellos el Dr. Ramón Jiménez Caballero. En ese entonces, esta fue la primera clínica médica privada en la ciudad de Oaxaca. La transición de centro de salud a centro de arte ocurrió a fines de 2021 después de casi dos años de la pandemia de covid-19 que llevó a este cambio de operaciones en la Clínica Santo Domingo de Guzmán. Nuestro marco curatorial y nuestro programa se configuran en torno a esta herencia. El proceso de diagnóstico informa cómo entendemos la investigación y la realización de exposiciones.

Bajo el liderazgo del ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), Ramón Jiménez Cuen, también conocido como rame CUEN, La Clínica se estableció como un espacio de exhibición influyente y una residencia artística. La primera exposición en La Clínica, Elementos Vitales, organizada por la galería Masa y el curador Suh Wu en La Clínica, mostró obras de la difunta artista cubana Ana Mendieta. Aunque muchas de las obras de Mendieta fueron producidas en Oaxaca, nunca se habían exhibido en Oaxaca.
        En los últimos 50 años, el paisaje ecológico y cultural de Oaxaca se ha transformado radicalmente. El arroyo que alguna vez hizo flotar el cuerpo de Mendieta se ha secado, las periferias de la ciudad siguen reduciéndose debido a los incendios forestales y la minería, mientras que los costos de vida y la desigualdad siguen aumentando. Esto pone en perspectiva la importancia del espacio de exhibición contemporáneo en la ciudad donde los visitantes temporales pueden familiarizarse con realidades duraderas. Actuar sobre las luchas locales y cambiar nuestra atención hacia las ecologías y el territorio como maladies remédiables.