Mil imagenes en un oasis
Brasa se complace en presentar su segunda exposición en Tajo Taller, Mil imágenes en un oasis, con obra de las artistas Eliana Otero (Hermosillo, Sonora, 1996) y Trilce Zúñiga (Ciudad de México, 1993).
Mil imágenes en un oasis
En el Paleolítico Superior, las manifestaciones en las cavernas anunciaban el despertar de la imaginación humana: una proyección que trascendía la creatividad antes orientada únicamente a actividades de supervivencia en un entorno hostil. Sobre las paredes, nuestros antepasados no solo plasmaron escenas de la vida cotidiana, sino también aquello que soñaban e interpretaban. Entre lo ritual y lo imaginario, la piedra se convirtió en espejo de la mente: un umbral donde lo real y lo invisible se entrelazaban, inaugurando el largo camino de la subjetividad.
Mil imágenes en un oasis continúa este trayecto de imaginar y dar forma a lo invisible: construir un mundo interior filtrado por vivencias, memorias y la materia que nos rodea. En este espacio, un pastel puede transformarse en un gesto de magentas y verdes; un territorio visitado en el pasado puede aparecer como un árbol seco en medio del desierto; y un oasis puede revelarse como una cueva a cielo abierto.
La muestra se despliega como una gran instalación de dibujos y pinturas, donde ambas propuestas se entrelazan en una acumulación de capas, tamaños y formas. El montaje adquiere la apariencia de un tapiz que evoca una cueva colmada de trazos: un espacio originado en la práctica incesante de Eliana Otero, artista con diversidad funcional, que dibuja y pinta con una pulsión vital hasta dar cuerpo a su imaginario. Thomas, la locomotora azul*, aparece junto con sus amigos en manchas de tinta roja y celeste, generando repeticiones circulares que recorren la sala como un ritmo que deviene movimiento. Asimismo, una serie de pasteles con velas de distintos colores —ofrecidos a sus personajes favoritos— emerge en nuevas variaciones gráficas, celebrando su autonomía creadora.
En diálogo, Trilce introduce escenas en pequeños formatos, texturas de plantas, formas de animales y otras presencias, ecos de un territorio desértico que muestra la diversidad de vida escondida en sus formas, fragmentos que sugieren las piezas de un paisaje más amplio.
En conjunto, ambas propuestas conforman una gran unidad tejida de múltiples conexiones: mil imágenes en un oasis. Un territorio visual vasto, donde la imaginación aparece como la herramienta más poderosa para comunicarnos y proyectarnos hacia el futuro, tal como quizá lo hicieron hace 45,000 años nuestros ancestros, resguardados en cuevas, rodeados de páramos y contemplando la grandeza de la tierra. Con sus trazos milenarios afirmaron su existencia, la misma que hoy evocamos e interpretamos.
Por BRASA
Brasa es una plataforma curatorial enfocada en ‘arte outsider’ y otras manifestaciones culturales al margen de las normas dominantes del arte.