Por Adriana Melchor Betancourt
¿Qué significa domesticar a un animal? Esta es una de las preguntas que atraviesa la investigación del artista mexicano Uriel López. Para la penúltima entrega del ciclo “El dilema de unir los puntos” curado por Néstor Jiménez, López presenta Lupercal, un proyecto que permite reflexionar sobre las similitudes y semejanzas entre animales humanos y no humanos. La exposición presenta esculturas cerámicas de media y alta temperatura y dibujos a color, obras que invitan a cuestionar nuestra supuesta superioridad sobre el mundo animal.
Desde 2019 y específicamente con la serie de videos Fabulaciones (2019 – 2020) y el proyecto Malinche (2023), Uriel López ha colaborado con entrenadores de animales para entender sus métodos y formas de comunicación. Esto le ha permitido crear un cuerpo de obra que no solo indaga sobre la domesticación y el vínculo humano, sino también sobre las ideas de ciudadanía y el establecimiento de la civilización occidental.
Existen varias perspectivas disciplinares que nos ayudan a entender el origen de la domesticación, la cual según la especialista Beatriz Vanda Cantón, se entiende como un proceso que ocasionó cambios importantes en las especies y propició una selección artificial. La domesticación ha provocado cambios morfológicos, fisiológicos y biológicos; mismos que responden a un proceso de selección de características afines a los comportamientos de la humanidad. En el perro, por ejemplo, los cambios pueden notarse en un pelaje más suave y de otros colores, colmillos menos pronunciados, actitudes más sumisas o la variedad de tamaños. Esta situación es abordada en las esculturas cerámicas de López, en las cuales reproduce la forma de huesos humanos y de perros para luego reconfigurarlos en nuevas estructuras híbridas. En obras como Goliath (cráneo), Composición #3 (2024), el artista hace visibles los contactos interespecie que se han dado a lo largo de la historia. El título de la obra nos habla del personaje bíblico y de la frase “David contra Goliath” que culturalmente se usa para hablar de un oponente pequeño que triunfa ante un adversario más grande y más fuerte. En la pieza de López, la diferencia de tamaños es evidente, sin embargo, se trata de un cuestionamiento sobre la supuesta superioridad humana y la sobreexplotación del mundo animal.
Atlas (cervical), Composición #5 (2024) es otra de las esculturas en cerámica que el artista propone como una convivencia interespecie. En la anatomía humana se le denomina atlas a la primera vértebra cervical y es un hueso que también está presente en el cuerpo de los perros. Se le llama así porque en la mitología griega el titán Atlas cargaba el peso de los cielos sobre sus hombros. Asimismo, para la pieza Apolonia (caninos), Composición #5 el artista ha creado pequeñas representaciones de dientes caninos colocados sobre espárragos de acero que flotan sobre el muro. Aquí la conexión entre diente canino y canino (el animal) es directa, pero la acumulación de las formas distorsiona su referente e invita a imaginar elementos vegetales. López presenta estos juegos formales y de lenguaje como una estrategia sutil para hablar de una relación más compleja entre el vínculo humano con los animales y los saberes socioculturales occidentales.
Desde la zooarqueología existen diferentes posturas sobre el origen de la domesticación. Una de ellas establece su inicio cuando se domesticó al lobo gris. Luego le siguieron la oveja, cabra, cerdo, vaca, por mencionar algunos, hasta finalizar con la abeja. Se piensa también que fue el hombre el que hizo al lobo parte de su entorno, pero hay otras posturas que señalan que este último fue integrándose a las comunidades humanas a través de la mujer y sus actividades diarias. No obstante, hay una vertiente que señala un proceso de coevolución y relación de beneficio mutuo entre seres humanos y animales. Pues se ha descubierto que los animales se alimentaban de las cosechas o se beneficiaban de los desechos producidos en un asentamiento humano.
La serie de dibujos a lápiz de color presenta una serie de escenas en donde perros de distintas razas realizan entrenamientos de búsqueda y rescate. Para realizar estos comportamientos los perros entrenados han tenido que gestionar, a través de su lenguaje corporal, estados de alerta y sumisión. En palabras del artista estas dos conductas básicas son similares a los comportamientos de una buena ciudadanía. Cada uno de los títulos hace referencia a la actividad específica que realizan los animales: protector, pastor, búsqueda y puntero. Leticia López y Rogelio Laguna señalan que “los animales domésticos aseguran su supervivencia gracias al condicionamiento”, esto quiere decir que un animal como el perro desarrolló habilidades como la obediencia para sobrevivir en un entorno humano. Aunque también, a diferencia de las especies bovinas o los cerdos que han sido cosificados para ser materia prima de productos para el consumo, el perro ha establecido una cercanía afectiva que le otorga la categoría de mascota. En contraste, en las imágenes que nos muestra Uriel algunos elementos han sido omitidos para que quien mira estas escenas no reconozca tan fácilmente estos comportamientos e imaginen otro tipo de situaciones.
El título de esta exposición, Lupercal, hace referencia a una fiesta romana celebrada del 13 al 15 de febrero y era una celebración para la fertilidad de las mujeres y la naturaleza. Está vinculada a la leyenda fundacional de Roma que narra cuando los gemelos Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba. En dicha historia hay un trasfondo singular de domesticación y transferencia de poderes animalísticos, pero que también se contrasta con los nuevos descubrimientos sobre el origen de la domesticación los cuales indican que las mujeres amamantaron a lobeznos huérfanos. Como señala Donna J. Haraway en su libro When Species Meet hay otras maneras de pensar sobre la domesticación unas que promuevan mejores formas de vivir como una sociedad multiespecie. Nuestra relación con el mundo animal y el vegetal se ha caracterizado por una sobreexplotación descomunal. Para cerrar, la propuesta de Uriel López reflexiona sobre nuestra posición en el complejo entramado de los seres vivos.