Mauricio Cortés reflexiona sobre la presencia de la figura humana a lo largo de la historia y su importancia como medida fundamental en la creación y apreciación del arte. Como escultor, explora las posibilidades de la cerámica y se enfoca en mejorar tanto la forma como la técnica en su obra. Ha recibido reconocimientos y premios, así como ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Considera al cuerpo humano como un objeto, pero busca expresiones que evoquen las emociones generadas por el alma, a pesar de carecer del don de otorgar vida a los objetos.