Curaduría: Cuauhtémoc Medina
Coordinación curatorial: Alejandra Labastida
La obra de Alexander Apóstol evidencia los distintos códigos de género, raza e identidad que acompañan las ideologías de América Latina desde el imaginario colorido y optimista de la modernización y del desarrollismo hasta el catálogo de fantasías corporales y sexualizadas del nacionalismo y populismo continental. Su obra oscila en torno a la dicotomía de tradiciones visuales de Venezuela: por un lado, la visión historicista y nativista que desplegaron los pintores realistas, al amparo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que se prolonga en la escenificación trágica y cómica del régimen bolivariano del presente. Por el otro, la utopía de reinvención energética y corporal del constructivismo durante el auge petrolero, entre 1960 y 1970.
Apoyado en la exterioridad escéptica que le brinda la perspectiva homosexual, el arte de Apóstol muestra la forma coordinada en que la representación artística es cómplice y auxiliar de la producción imaginaria del Estado nación moderno, que depende de la sexualización para dar forma a sus fantasías.