La exposición de Lawrence, a través del uso ingenioso de estereogramas, nos sumerge en un universo de piezas juguetonas e interpretativas. La yuxtaposición de motivos genera composiciones que invitan a la reflexión sobre la percepción y la naturaleza engañosa de la interpretación artística. Las obras, representadas por elementos similares a engranajes, provocan una contemplación activa por parte del espectador, cuestionando hacia dónde dirige su mirada y por qué.