“No vuelve un eco” es mucho más que una simple exposición individual de Edgar Solórzano. Es un viaje íntimo y conmovedor a través de la pérdida y la memoria, donde el artista fusiona su obra escultórica e instalativa para explorar la desaparición gradual de los espacios cargados de recuerdos generacionales. En este universo artístico, los recuerdos individuales se entrelazan con los colectivos, evocando el cine y la literatura comercial como puntos de referencia compartidos.
En este escenario de evocación, Solórzano nos invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la memoria y cómo los espacios, al igual que los seres vivos, pueden desvanecerse con el tiempo. A través de una prosa poética, nos sumerge en una exploración de la fragilidad de la memoria, donde los recuerdos se desdibujan en contornos sinuosos y las experiencias se sedimentan en capas de historia y nostalgia. Desde los detalles más sutiles hasta las imágenes más vívidas, la exposición nos transporta a un lugar donde el pasado y el presente convergen en un emocionante diálogo entre la vida y la muerte, entre la permanencia y la transitoriedad.