CIENO LODO FANGO
Se mezclaron agua y tierra. El agua permaneció ahí. Luego vino el lodo. Se formaron cientos de caminos en el barro. En un barro blando, viscoso, denso, quedaron patas atoradas en el cieno, alas varadas en el lodo, barcas detenidas en el fango. Se secó el agua. Quedó una arcilla calcificada por restos animales, vegetales, compuestos. Los seres que ahora cruzan se detienen en tierra fértil y animan la tierra con visiones de piernas, alas, hojas, ojos, nidos, naves, como si los caminos una vez formados emergieron fusionados para volver en formas que frecuentamos sin repetirnos, o que repetimos sin copiarnos. Sobre el barro observamos una y otra vez nuestros fundamentos.
Esta exposición responde a una inquietud y una celebración creciente por el barro y la cerámica en colegas que nos rodean. Expectantes, observamos un deseo por volver a algo terrenal y básico, infusionado por figuraciones, impulsos primordiales y órdenes sencillos que nos vuelvan a sostener cuando los sostenemos. La mano, la cara, la casa, la semilla, el contenedor, el cuerpo vuelto a ver, propio.
Rodrigo Treviño @tttttrevi
Cata barroso @blcata
Tania Bello @taniania.ello
SANGREE @sangree_oficial
Paloma Rosenzweig @palomalomaros
Maya Sakuma @konatu
Meir Lobaton @meir_lobaton_corona
Jazael Olguín Zapata @jacintolloveras
Emilio Gómez @emidelavi
Curaduría @margotkalach